miércoles, 22 de agosto de 2012

El Sapo

Del libro Bestiario (1959) de Juan José Arreola, obtuvimos el texto de "El Sapo" para analizarlo, según sus símbolos. A continuación se presenta el texto.

Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su
radical estático. El salto tiene algo de latido;
viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo
se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. 
Se despierta en primavera, consciente de que 
ninguna metamorfosis se ha operano en él. 
Es más sapo que nunca, en su profunda desecación.
Aguarda en silencio las primeras lluvias. 
Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado
de humedad, henchido de savia rencorosa, 
como un corazón tirado al suelo. En su actitud
de esfinge hay una secreta proposición de canje, 
y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con
una abrumadora cualidad de espejo.

En esta lectura encontramos diferentes signos, como "Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él." A diferencia de las mariposas, los sapos se mantienen igual por el resto de su aburrida vida, como se da a entender en el texto.

Otro signo es "Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo."  Compara el sapo con el corazón ya que el primero hace un movimiento continuo como los latidos en el corazón, también esta húmedo lleno de savia como un corazón fresco.

Como estos dos primeros ejemplos podemos encontrar diferentes signo en esta lectura.


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